Artículos en Láudano Magazine: «Detectives de lo oculto I: zombies del underground» Detectives de lo oculto II: “Lectores hay, yo los he visto”

Tenía muchas ganas de publicar este articulillo, no sólo porque Láudano Magazine me parezca de las más interesantes plataformas digitales de contenido, también por todo lo que aprendí gracias a las preguntas que con este pretexto pude hacerles a Cristina Jurado -la única, la grande, la leyenda del género del género-, Rafael Diaz Santander -editor de Valdemar-, Juanma Santiago -un Sabio con todas las de la ley-, J.G.Mesa -para mi una de las voces del terror en español-… Sería impensable sin la labor previa de la Revista Ulthar y la Tercera Fundación, en cuyas páginas compensé todas mis carencias en lo que a detectives castizos se trata. 
Me tomo las molestias de lanzar unas cuantas teorías al aire, que espero ver prontamente enfrentadas, y pido disculpas por las imperdonables omisiones, que seguro que las habrá.
PD: esto es sólo la primera parte, no os perdáis la semana que viene la segunda con las entrevistas a Alberto López Aroca -editor de la mentada revista Ulthar- y Juan García Ródenas (destapando el cluster de ficción albacetense), o a Roberto Bartual, que nos adelanta un poco la movida de detectives madrileños en la que anda metido. [YA ESTÁ COLGADA]
Y sobretodo gracias a Beatriz García Guirado, que con su ímpetu hizo posible esta modesta investigación.

PRIMERA PARTE: http://www.laudanomag.com/detectives-de-lo-oculto/

SEGUNDA PARTE: http://www.laudanomag.com/detectives-de-lo-oculto/http://www.laudanomag.com/detectives-de-lo-oculto-ii-entrevistas/

Artículo de Ulthar Magazine

«No sucede lo mismo en España, donde empieza a llegar todo este imperio narrativo bajo el auspicio de los bolsilibros, nuestra literatura pulp, que de los cincuenta a inicios de los noventa provería a los hogares españoles de historietas baratas en las que no era complicado encontrar alguna clase de detective paranormal. Podría organizarse una gran antología, capaz de emplearse como arma blanca, sólo con los detectives de Curtis Garland. Esta circunstancia material del mercado se combinaba con la más espiritual circunstancia española, la de siglos de superchería autóctona. La nación de la Inquisición, de los lobisomes y las caras de Bélmes, sigue reciclando toda clase de material que huela a esoterismo, nuestra geografía parece proclive a curanderos que aparecen en el Hola, poderosos imperios en la sombra, histerias colectivas que alimentaron encuentros con ovnis hasta en los peñascos más perdidos de la meseta, o enclaves enmarcados por custodiar las reliquias que embobaban a un crédulo Generalísimo. Este subgénero ha aparecido vinculado históricamente a eventos reales, ya fuera en América con el auge de profesores duchos en psicofonías o en Londres con los vínculos mágicos de la propia ciudad, y la verdad es que en España nunca han sobrado motivos. Es también el país en el que triunfó J.J. Benítez, en el que Cuarto Milenio organiza exposiciones de museo, de Tristanbraker -el investigador de la televisión que también autopublicó una saga de misteriosos casos-, y del dr. Fernando Jimenez del Oso y su “Biblioteca básica de los temas ocultos”. Con todo este material flotando en el aire, más algunos productos audiovisuales como Twin Peaks o el más reciente True Detective, o la fiebre global de Dan Brown, teniendo en cuenta que los autores como los lectores no se hacen sino que se incuban con el tiempo, no es de extrañar que sigan apareciendo tramas de este subgénero». 

La leyenda albacetense

Supongo que para finalizar, antes que hablen los autores por sí mismo, podría tratar de señalar algunas de las particularidades que comparten todas estas aventuras de detectives castizos, trataré de apuntalar tres o cuatro ideas sin resultar demasiado extenso ni académico. Lo más noticiable a simple vista es la mencionada adaptación a terrenos y personales locales. Hay que imaginarse los géneros literarios como un ser vivo sujeto a constante evolución, mutable en función del “aire del tiempo”. Creo que podría hacerse una historia de cada subgénero literario desde el punto de vista colonial, señalando por ejemplo el modo en que la ficción inglesa se convirtió en el referente de la vanguardia de algunos países europeos -como nosotros-, y la posterior reapropiación en la literatura local, hasta el punto de emanciparse y actuar autonómamente. En el fondo es un ciclo de las narraciones que se repite desde la antigüedad, cuando invasores imponían sus credos y, siglos más tarde, deformados, formaban parte esencial y autónoma de la cultura local. Sucede lo mismo en la música y en otras artes. Recientemente se ha hecho más noticiable en la literatura vinculada a los mitos de Cthulhu, de la que también surgen adaptaciones locales por todo el territorio. Algo similar pasa en otros países pero con otros géneros, con la particularidad que por aquí siempre ha habido material con el que alimentar las narraciones ocultistas, mientras que en otros lares estas historias han pertenecido siempre al ámbito de la más estricta herejía; o se han vuelto a popularizar, como los honkaku japoneses.

Esta reapropiación del terreno como parte de un proceso más grande de reconquistas temáticas implica, de primeras, un importante cambio en la narración. La denominada estrategia narrativa de los purple patches (purpureus pannus) pasa a ocupar un eje central, cuando no se convierte en otro protagonista. Se le llama así a los pasajes descriptivos que interrumpen la narración, dándole aire al texto, ocupando las funciones escenográficas del teatro. En este modelo tienen una función casi psicogeográfica, desvelando las relaciones de sus autores con el terreno y el modo de pensarlo, como lo que hiciera Alan Moore o Iain Sinclair con Londres -ya tocaba mencionar a Moore, ¿qué es un artículo de lo oculto que no menciona a este pseudomago en algún momento?-, sólo que sin ser tan ensayísticos o abiertamente explícitos, dejando que todas esas reflexiones ocuparan el lugar de lo descriptivo, como otro personaje más. Ni que decir que el Inspector Serrano es el protagonista de las historias de Rodenas pero mucho más, y creo que es el encanto para algunos de sus lectores, lo es la espectral Albacete.

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